La caza de osos con licencia de este año es un récord: siete Diputaciones Provinciales suecos han autorizado que se maten 622 osos; la caza de osos con licencia comienza el 21 de agosto.
Las regiones que han autorizado la licencia de caza de osos son:
Jämtland 220, Gävleborg 120, Västerbotten 91, Västernorrland 85, Norrbotten 55, Dalarna 48
y Värmland 3.
El oso pardo está protegido en Suecia. Sólo viven 2900 osos en todo el país.
Durante la caza autorizada de este año se matarán un total de 622 osos, lo cual es un número totalmente inaceptable para un animal incluido en la lista de animales en peligro de extinción. En total, esto significa que la caza de ejemplares a riesgo de amenazar la ganadería, junto con la caza con licencia, eliminará la población de osos suecos en un 25% para 2022.
Cabe señalar que la UE ha declarado que una caza del 8% de una población de depredadores puede considerarse aceptable.
El objetivo de la caza:
Según las Diputaciones Provinciales que han autorizado la caza de licencia de osos en 2022, el principal objetivo de esta caza es reducir los daños causados por los osos a la cría de renos, y que una población de osos reducida contribuiría a crear condiciones psicosociales favorables para la población en las regiones donde están presentes los osos. Otro objetivo es reducir la población en relación con los objetivos de gestión en cada región.
La Asociación de los Críticos de la Caza en Suecia considera que la decisión debe basarse en datos reales. Corresponde a la Diputación Provincial demostrar que la decisión está legalmente fundamentada. Ya que los pueblos Sami no pueden comprobar que las cifras de pérdidas superan ampliamente el diez por ciento, tal y como se afirma en la decisión de las Diputaciones Provinciales, Los Críticos de la Caza considera que la decisión no se basa en datos reales.
Los Críticos de la Caza argumenta que la caza autorizada de osos en Suecia no es compatible con la legislación de la UE; incluso si los objetivos de la caza autorizada puedan considerarse aceptables, no puede demostrarse que la caza autorizada sea un método eficaz para lograr estos objetivos. Los niveles de “daños” no han aumentado proporcionalmente al crecimiento de la población de osos y los “daños” de los osos pueden ser mayores en las zonas de baja densidad que en las de alta densidad. Esto sugiere que no existe una relación clara entre el número y la densidad, por un lado, y el alcance de los “daños” de los osos, por otro. La aceptación de los osos por parte del público ya es elevada, incluso en zonas con una alta densidad de osos, y no parece haber disminuido con el aumento del número de osos. Que las Diputaciones Provinciales utilicen la licencia de caza para perpetuar aún más las cuestionables actividades de la caza de trofeos en Suecia rima mal con el creciente interés por la naturaleza y la creencia del público de que nuestros mágicos depredadores están realmente protegidos aquí.
La caza con licencia se ha convertido en una caza comercial de trofeos: nuestros osos protegidos se venden a cazadores extranjeros.
Los críticos de la caza señalan en sus llamamientos que las zonas que constituyen el área de distribución natural y el hábitat del oso pardo sueco son también las menos densamente pobladas de Europa occidental, con entre 3 y 16 habitantes por kilómetro cuadrado. En la región de Jämtland, donde se ha decidido matar a 220 osos, la población es de 131.418 habitantes y la densidad de población es de 2,66 personas por kilómetro cuadrado. Esto supone 125,8 personas por oso, un oso por cada 47 km². Por lo tanto, el riesgo de encontrarse con un oso es bastante pequeño y aún menos de encontrarse con un oso mal intencionado. Citar el miedo humano como razón para matar a 220 osos es irrelevante. En nuestro llamamiento hemos referido a un Informe “An attitude survey on large carnivores and carnivore management”, Informe 2021:8, realizado por investigadores de la Universidad Sueca de Ciencias Agrícolas, SLU, y de la Universidad de Umeå, se desprende que el 77% de los encuestados en la región de Jämtland respondieron que pensaban que debía permitirse que los osos vivieran/se encontraran en toda Suecia.
Casi todas las actividades humanas se consideran más importantes que la protección de una especie estrictamente protegida. Resulta problemático que el punto de partida de las Diputaciones Provinciales sea que los humanos siempre tienen derecho a expulsar a todas las demás especies de sus áreas de distribución natural. Incluso el hombre debe ser capaz de comprometerse. La protección de la fauna sueca debe valorarse más que los intereses económicos de los comerciantes individuales, que también son compensados económicamente y deberían poder prevenir y protegerse de los ataques de los depredadores. Es perfectamente razonable que las personas adapten sus actividades (cualquiera que sean) a las condiciones existentes, por ejemplo, en cuanto a la abundancia de depredadores. Hay que dejar que los depredadores existan y que la gente se adapte a ellos, igual que esperamos que la gente de otros países se adapte a su fauna. Nos falta tener en cuenta el papel de los osos en el equilibrio de los ecosistemas y la biodiversidad, algo que ahora ocupa un lugar destacado en los planes de acción para el futuro de la UE. Es la Diputación Provincial que tiene la carga de la prueba del alcance de los daños graves causados por los osos (artículo 7 de la Ley de Caza).
Métodos de caza
Los Críticos de la Caza opina que poner cebos para atraer y matar a los osos no es ético para la fauna salvaje y debería prohibirse. No se deben permitir los cebos de todo tipo de material. Además, los osos no deben ser atraídos a los cebos en ninguna circunstancia. Esto sobre todo tras varios informes anuales sobre el uso materiales ilegales en los cebos, así como el hecho de que el cebado aumenta las oportunidades de caza furtiva.
Los Críticos de la Caza subraya que debería prohibirse la caza de osos con perros de caza, especialmente las nuevas razas de perros de larga distancia. Los osos son sensibles al sobrecalentamiento y al estrés, por lo que la autorización de cazar 220 osos con perros sueltos por la Diputación Provincial es espectacularmente despiadada y brutal. Sostenemos que la caza en estas formas expone a la fauna silvestre a un sufrimiento innecesario. Por tanto, la caza es contraria al artículo 3 de la Ley de Caza.
La Diputación Provincial ha decidido que “los osos pueden ser cazados independientemente de su sexo y edad. Las hembras de oso acompañadas de crías y los cachorros que siguen a las hembras (independientemente de la edad de los cachorros) no pueden ser matados. La Diputación Provincial recomienda que los cazadores no disparen a los animales de un solo año”. Por lo tanto, el Gobierno Civil subraya que las hembras de oso con crías no pueden ser matadas, ver el artículo 4 de la normativa y las directrices generales del Gobierno Civil para las decisiones sobre la caza de osos con licencia. Sin embargo, es muy difícil determinar el sexo de los osos durante la caza. Es difícil determinar si un oso es una hembra o no antes de dispararle y los oseznos pueden estar escondidos cerca y si luego se le dispara a la hembra, el delito es un hecho, a pesar de que se supone que estos cachorros están estrictamente protegidos por la ley.
La temporada de caza del 21 de agosto al 15 de octubre es despiadada y perjudicial para toda la población de osos.
Los Críticos de la Caza señala que los datos establecidos para realizar esta cacería a gran escala de hasta 620 osos en todo el país consituye una falta de respeto y violación de tanto las directivas de protección como la Ley de Caza. Exponer a tantos animales a la persecución, el agobio, los perros agresivos sueltos y la matanza durante la preparación más importante de los osos para la hibernación es muy poco ético. La época vital para que los osos almacenen grasa y se alimenten es de julio a octubre. Los cambios de comportamiento y el estrés afectan a todos los osos mientras duran las cacerías, y la caza de alces continúa con los mismos perros sueltos justo después de que los osos hayan buscado su alimento.
Los machos hibernan más tarde que las hembras, a finales de octubre. Esto significa que el 65% del periodo de hipofagia de las hembras, y aún más de los machos, se ve interrumpido por la caza y la hiperactividad que originan los perros. Los osos que dependen de la búsqueda de alimentos durante las horas de luz tienen que vivir de verduras y bayas durante este tiempo para ganar peso. Los osos deben estar activos durante 12 horas al día durante el periodo de hipofagia para asimilar suficiente comida, además de descansar en las horas centrales del día. La mayor actividad se produce al amanecer y al final del día. Por lo tanto, los osos son agobiados en siete regiones durante esta delicada época.
La Diputación Provincial no dice ni una palabra al respecto. Ni se discute los efectos secundarios en los osos cazados que sobreviven, y que no han tenido tiempo de ganar el peso corporal necesario para sobrevivir a la hibernación, que en los ecosistemas nórdicos llega a durar entre 5 y 7 meses. Las hembras de oso que vayan a dar a luz entretanto y las hembras de oso con crías deben almacenar también suficientes reservas de energía para ellas. Se podría pensar que la estrategia indirecta de cazar tan duramente durante varios meses y en toda la región afectará a las hembras en general, así mancillando una especie de #metoofemalebear.
Por último, los Críticos de la Caza asevera que la caza con licencia no es ética, y que año tras año viola las disposiciones de la Directiva de Hábitats, en su artículo 16.1.e) sobre las exenciones para la caza “…en condiciones estrictamente controladas, de forma selectiva y a escala limitada”. Es evidente que todos los años se cometen infracciones de las Directivas de Conservación, así como de las autorizaciones de las Diputaciones Provinciales en materia de licencias de caza, que no identifican a los jefes de caza/cazadores ni se les suspenda de nuevas cacerías de osos en caso de malas prácticas.
En cambio, las empresas de caza y los cazadores de trofeos pueden contar tranquilamente con las generosas cuotas de las Diputaciones Provinciales cada año.
Por tanto, la decisión de cazar osos es poco ética, abiertamente anti-animal y está impregnada de un desprecio por las pautas de vida de los animales salvajes y su derecho inalienable a vivir.